Las diez leyes de las
lesiones que incluye Noakes (tomadas de bikila.com.ar):
·
Ley 1: Las lesiones no son
un acto de Dios.
·
Ley 2: Cada lesión progresa
a través de cuatro grados.
·
Ley 3: Cada lesión indica
una anomalía.
·
Ley 4: La mayoría de las
lesiones son curables.
·
Ley 5: Los métodos
sofisticados (de curación) muy rara vez son necesarios.
·
Ley 6: Trate la causa, no el
efecto.
·
Ley 7: El reposo completo
rara vez es el mejor tratamiento.
·
Ley 8: Nunca acepte como
definitivo el consejo de un no corredor (médico o no).
·
Ley 9: Evite la cirugía.
·
Ley 10: Correr
recreativamente no produce osteoartritis.
Al gran pueblo, salud.
La mejor droga para los
corredores es la droga cerebral. Flea, el bajista de la estupenda banda
californiana Red Hot Chili Peppers, twitteò unos días después de haber corrido
la maratón de Los Ángeles en 3h34m49s (un respetable tiempo para un
aficionado): “Correr una maratón es la sensación más parecida a estar en un
viaje de ácido sin haberlo tomado”. No se equivocaba ni exageraba. Es algo común
que le sucede a los corredores y, como todo, o casi, tiene su explicación en el
órgano humano conocido como –podría decirse autodenominado- cerebro.
Sobre el beber, siempre hay
un estudio amigo que nos da la razón a los bebedores: la cerveza es excelente
para recuperarse de las maratones.
Todo el cuerpo se pone a
disposición de la carrerita, a saber:
·
El esqueleto proporciona la
estructura básica con la que actúan los músculos.
·
El sistema cardiovascular
suministra nutrientes a las diversas células corporales y elimina los productos
de desecho.
·
El sistema tegumentario
(conocido simplemente como piel) ayuda a mantener la temperatura corporal al
permitir el intercambio de calor entre el cuerpo y el ambiente.
·
El aparato urinario ayuda a
mantener el equilibrio de fluidos y electrolitos y facilita la regulación a
largo plazo de la tensión arterial.
·
Los sistemas nerviosos y
endocrinos coordinan y dirigen toda esa actividad para satisfacer las
necesidades del cuerpo.
Las endorfinas, en este caso
opioides, se juntan con los receptores cerebrales que están listos para la unión
y provocar hilarantes descalabros en todo el cuerpo. Esta es la razón por la que
las drogas funcionan de modo adictivo y placentero: el cuerpo, el cerebro, están
preparados para juntarse con ellas y generar…bueno, lo que generan. Estos
opioides inhiben la acción de las alertas de dolor ante la fatiga y aumentan la
producción de dopamina, lo que hace al ejercicio aun más agradable y ayuda a
que uno no quiera, si se siente bien (¡Quiero más!).
Texto extraído del libro POR QUÉ CORREMOS
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