La que nos ha caído



Tercera semana consecutiva que declinamos hacer la ruta prevista, aunque en honor a la verdad Joan Marc se aventuró a subir por cortijo Madrid.
Pocos decidimos hoy a arriesgar la mañana y ponernos pingando. Juanma Becerra, Ana Jesús, Antonio, Juanma Piru, Joan Marc y yo estábamos listos y dispuestos a recorrer un puñado de kilómetros con la esperanza de que las previsiones meteorológicas no tuviesen acierto, cosa que mirando el cielo teníamos pocas posibilidades de que sucediese. Hubo una propuesta de subir a Lifa y menos Joan, que después de estar algo enfermo se ve que viene con ganas de recuperar el tiempo perdido, decidimos que sí, realmente la mayoría de los que aparecimos hoy eran andarines y mi rodilla no me permite ni ir al 10% con alguien que vaya corriendo y mucho menos con Joan que entonces el tanto por ciento baja hasta límites irrisorios. Así que andando todosmenos Joan, nos fuimos polígono abajo, cayendo ya las primeras gotas de lluvia. Subimos el hasta el cerro de La Pastora, como todo esto los asfaltaron tiempo ha pues evidentemente no hay barro, eso sí, los bordes van rebosantes de agua; ya una vez pasado el cruce de la Venta de Ramirón nos adentramos en zona terriza, no encontramos apenas barro así que se podía caminar bastante bien, algunos compañeros se dieron la vuelta en la cancela donde la pendiente comienza a ponerse con más inclinación. Los que quedamos seguimos hacia arriba con la intención, de hecho, lo hicimos, de llegar hasta el mismo puerto, a pesar de que por esos momentos la lluvia ya hacía un tiempo que no cesaba, aunque no lo hacía con intensidad; antes de llegar arriba sí nos encontramos con zonas que presentaban una buena acumulación de barro resbaladizo y tuvimos que ir con bastante cuidado para no resbalar. La lluvia y el frío fue in crescendo a medida que íbamos más hacia arriba y poco antes de llegar encontramos a un grupo que ya descendía y nos advirtieron que en la cumbre hacía mucho viento, frío y lluvia, cosa que comprobamos por nosotros mismos, sin apenas tiempo para hacernos unas fotos, iniciamos el descenso porque verdaderamente el frío y el granizo arreciaba de veras, pero ya estábamos en la mitad del camino y para entonces ya nos habíamos empapado a base de bian. Apenas en ningún momento dejó de llover ya hasta que llegamos al punto de partida. Tuvimos que renunciar a tomar nada porque íbamos realmente mojados hasta los huesos, nos hubiésemos quedado helados de haber parado para desayunar, así que ahí mismo nos despedimos.

 Hemos recorrido un total de casi 22 kilómetros con una climatología muy adversa, pero muy a gusto...ya se sabe que sarna con gusto no pica. Aunque pocas, sí que hicimos fotos reglamentariasà AQUÍ ESTÁN

A ver si es posible que el sábado que viene podamos hacer el recorrido que llevamos casi un mes intentando, al parecer ya se retira la borrasca que nos lleva visitando casi un mes. Ya será el último largo antes del HoLe.

El miércoles volveré a recordar la ruta prevista. Hasta entonces...salud, kilómetros y a gastar zapatillas.


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