10 de marzo, mucho ruido y poca agua.



Mucho ruido para tan pocas nueces. Toda el agua que iba a caer este sábado por la mañana se quedó en agua, pero de borrajas. El frío ya va remitiendo y la luz matutina es ya muy notable, eso sí que lo agradezco yo personalmente.
A tan temprana hora y con el cielo completamente encapotado amenazando inminente lluvia, aparecimos por el sitio habitual de los sábados: Pepín, Paco, Juanma Becerra, Jesús, Lara, Alejandro y yo.

No estaba la mañana para alejarse demasiado de la ciudad, por si comenzaba a llover demasiado y continuo y nos pillaba a una distancia considerable para volvernos. Después de debatir la cuestión de donde vamos, donde no vamos, elegimos la ruta siempre alternativa para estos días de lluvia: ir al pilar de Cartajima y a la vuelta iríamos decidiendo. Atravesamos la ciudad subiendo el polígono y bajando por C/ Jerez hasta el barrio de San Francisco y enfilando el Partido de Rosalejo llegamos hasta el citado pilar de Cartajima, fuimos muy agrupados durante todo el recorrido, así los que iban más rápidos delante se volvían hasta el encuentro de los que íbamos más retrasados; hasta entonces nos respetó la lluvia no apareciendo casi en ningún momento, salvo esporádicas rachas que chispeaba un poco. Ya en este punto, decidimos de ir hasta el pilar de Coca con la intención de llegar al menos hasta los 20 kilómetros y después de hacer algunas fotos emprendimos el camino de vuelta. Una vez llegados al barrio de San Francisco bajamos por C/ San Francisco para desviarnos por / Benarrabá y así salir hasta el cruce que va hacia el arroyo de Las Culebra; subiendo la Cruz de San Jorge sí que la lluvia comenzó a hacerse algo más persistente, pero sin ser un aguacero como para hacernos pensar en dar por finalizada la carrera, al menos para algunos, después de algo de debate decidimos de ir al pilar de Coca, así que una vez llegados a la parte trasera de la pista de atletismo, pasamos por el polideportivo y subimos la carretera del antiguo hospital ya que imaginamos que la parte de la Codorniz estaría impracticable. Subimos por el Patronato Militar solo hasta la finca de Luis Sierra, que está junto a la de los padres de Carlos Vargas porque para aquel entonces sí que llovía ya con cierta intensidad, allí nos volvimos hasta Suritama. Fue una mañana divertida a pesar de la lluvia, tampoco es que nos pusiésemos empapados de agua; el recorrido lo hicimos todo por terreno duro ya que no pisamos en ningún momento zona terriza. Y el trayecto fue de unos 19 kilómetros, no era lo previsto, al igual que la semana anterior, pero tampoco estuvo mal. Terminamos desayunando en el Berlanga y cantando el cumpleaños feliz a Juanma, que para eso era su cumpleaños.

A la espera de que vayan remitiendo las lluvias, la próxima semana esperamos que podamos hacer un recorrido de algunos kilómetros más.
Hicimos las FOTOS pertinentes.

Para los lesionados, como siempre: mucha fuerza y ánimo, a seguir con paciencia.
Salud, kilómetros y a gastar zapatillas.


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