El descanso


No lo dudes, el descanso es la parte más importante del entrenamiento, porque te permite asimilar las cargas y te prepara para la próxima sesión.

Cada vez que entrenas fuerte estás sometiendo a una sobrecarga a tus articulaciones, tus músculos y sistema cardiovascular, de modo que al acabar, tu nivel físico es inferior al que tenías al empezar (por eso te sientes cansado). Tu cuerpo al recibir este estrés se prepara para la siguiente sobrecarga con un crecimiento muscular y adaptaciones neuromusculares que hacen que los músculos se coordinen mejor entre ellos y sean más eficientes, además de otras mejoras más complejas. Así la siguiente vez que entrenes estarás más fuerte y serás más rápido y resistente. Esta capacidad de adaptación o subida de nivel es la llamada supercompensación.

Si no recuperas suficiente después de un esfuerzo duro la supercompensación no se produce, al contrario, si repites estos esfuerzos sin recuperación podrías llegar a un estado de fatiga crónica por entrenar con el cuerpo en estado de debilidad, la debilidad inducida por el propio entrenamiento.
Si dejas pasar demasiado tiempo tu estado de forma tampoco mejora, ya que los efectos de la supercompensación se han pasado y has vuelto al nivel inicial.

La clave es aprovechar la mejora de forma de cada sesión para iniciar la siguiente en ese momento bueno. Las diferentes cualidades tienen diferentes tiempos de recuperación ideales a respetar. Otra cosa que no podemos olvidar es que los cuerpos se adaptan y no necesita la misma recuperación un atleta de élite que un deportista aficionado.

En general el aeróbico ligero se puede hacer cada día (caminar, carrera, pedaleo o nado suave); el aeróbico medio-intenso requiere de un día de recuperación, aunque también se pueden hacer dos o tres seguidos y tomar un descanso de uno o dos días; las sesiones de fuerza conviene espaciarlas dejando un día completo de descanso y cuando hablamos de fuerza máxima y trabajos con alto componente anaeróbico, es aconsejable no repetirlos hasta dos días después.

Los días de descanso los manejaremos de dos maneras:
- El "descanso activo" es cuando descansas de correr pero haces alguna otra actividad física suave, por ejemplo, nadar o andar en bici.
- El "descanso total" que es descansar por completo del ejercicio físico.
  Descansa siempre tras los días de competición y alterna entrenamientos fuertes con suaves. Es preferible pecar por defecto que por exceso.


 Fuente: Corredores populares.

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