Enhorabuena por el HoLe y gracias a todos.
Había ganas, realmente había muchos
deseos de volver a participar en el Homenaje a los 101 kilómetros de La Legión.
Nos acostumbramos año tras año a participar en estos eventos y dos años sin
poder hacerlo, unido a la angustia y la ansiedad que a todos nos ha producido
la situación creada por la pandemia sufrida estos dos últimos años, ha motivado
que la euforia vivida en la presente edición del HoLe estuviese más que
justificada. En años anteriores había cierta preocupación por la lluvia, que casi
siempre llovía, aunque realmente después a la hora de la salida siempre estaba
la calle Virgen de la Paz atestada de gente, pero los días previos todos
comentábamos el barro que habría en tal o cual zona. Este año ni siquiera eso,
la gente estaba ansiosa por salir, si había barro...que hubiese, lo que había
era que salir ya y disfrutar otra vez de la prueba, porque barro a priori sí que habría, aunque luego se demostró que no fue para tanto.
El día amaneció inmejorable,
después de casi una semana lloviendo, y lloviendo barro; apareció el cielo nublado,
pero sin intención de llover, al menos esa era la impresión que daba y así sucedió
durante todo el día ya que no cayó ni una gota de agua. Bien temprano ya había
un ambiente extraordinario, no solo en la zona donde se produciría la salida; en cualquier zona de la ciudad se veía la gente que, en una u otra modalidad, formaría
parte del evento; coches improvisados a modo de vestuario callejero eran
constantes durante todo el trayecto que me llevó hasta las inmediaciones de la
Alameda del Tajo. Una vez allí, el encuentro con todos los colegas fue
emocionante; amigos y compañeros de carreras que hacía tiempo que no nos
veíamos volvimos a saludarnos. Nuestro grupo, ahora ya con toda seguridad puedo contar los que
participaron, estuvo formado por: Juanma, Belén, Fran Balbuena, Ana Jesús,
Flory, Juan Galindo, Paco Lora, Fran Rojas (el hijo de Paco, que, aunque yo le
llame Lora, realmente es Paco Rojas), Paco (Manga), Julián, Carlos Vargas,
Alejandro y Bejarano que lo hizo con su hija. Creo que no me olvido de ninguno.
A las diez en punto de la mañana
se dio la salida; previamente habían salido los participantes en bicicleta de
montaña, estos lo hicieron media hora antes. Con fuerza arrancaron los primeros
competidores de la prueba con la intención de ir ganando posiciones ya que eran
los predestinados a llegar primero. Más pausados lo hicieron el resto de
componentes hasta integrarse todos al recorrido, que fueron dos en este caso, uno “promocional”
de 34 kilómetros y otra un poco mas largo de 43 kilómetros. También hubo una
modalidad de senderismo, no competitiva, consistente en aproximadamente 8 kilómetros y una carrera
infantil de algo menos de 2 kilómetros.
Yo por mi parte, este año con los dientes
largos, me quedé viendo desde la barrera la prueba.
No hubo el barro esperado durante
el recorrido, las partes donde más probabilidades de que hubiese, como era la
subida hacia el puerto Bilbao por la cuesta del Vinagrero, no presentaron demasiada
dificultad de tránsito para corredores. Desconozco como fue el recorrido para
los ciclistas. El acceso hacia el pilar de Coca también está bastante adaptado
y no es propicio a que haya mucho barro, así como la bajada hacia la carretera
del Burgo, hace unos años esta zona también hubiese constituido una zona de
acumulación de agua, pero después del arreglo que le dieron no presenta mayor
problema. Como no hice la carrera no tengo constancia exacta de como estaba el
terreno, pero la apariencia de los participantes no ofrecía un aspecto de haber
franqueado mucho barro. Hasta los Pinos del Marqués discurrieron juntas las dos
modalidades que eran competitivas ya que la de senderismo no lo era. En este
punto se separaron dirigiéndose los que hacían más kilómetros hacia el cortijo
Madrid, lo que popularmente en los 101 kilómetros llaman la cuesta de “los
cochinos” y los que hacían menos lo hicieron hacia los Frontones para dirigirse
hacia el acuartelamiento del Tercio de La Legión. Desde aquí y hasta Ronda los
participantes volvían a compartir el trayecto.
La configuración de ganadores
fue:
34
kilómetros femenino
1ª Mónica Castaño
2ª Isabel Acevedo
3ª Elena Marticorena
34
kilómetros masculino
1º José M. Mirones
2º Pablo Doña
3º José Miguel Romero
43
kilómetros femenino
1ª Remedios Pérez
2ª Cristina Belén Saborido
3ª Arancha Almazan
43
kilómeetros masculinos
1º Joan Marc Falcó
2º Benjamín García
3º Daniel Moreno
Quiero destacar que solo un fallo informático en la llegada privó a Paco (Manga) de un meritorio tercer puesto en su categoría. Cabe achacarlo al sistema de cronometraje a cargo de la firma Dorsal Chip. Fallos inadmisibles con las tecnologías actuales.
Queremos, desde este blog, en
nombre de nuestra asociación “A las 7 en el bar” felicitar a todos y cada uno
de todos los participantes en esta carrera y agradecer a todos aquellos
corredores que vienen desde otros puntos geográficos a pasar entre nosotros
este fantástico día de convivencia y compañerismo con todos los que amamos este
deporte.
Ni que decir tiene que a todos mis compañeros de la asociación...aunque sea redundante “A las 7 en el bar” muchísimas felicidades y mi enhorabuena por la participación y muchísimas gracias por vuestra implicación con el grupo.
Por último, voy a dejar una serie
de enlaces con fotos. Prometí a aquellos que les hice y me pidieron donde
conseguirlas donde podrían encontrarlas. Espero que sean muchos los que se
encuentren ya que fueron muchas las fotos que hicimos. Están repartidas en varios
álbumes ya que al ser tantas no podía hacer un solo álbum.
Pido disculpas y perdón a aquellos que no pude ver en el recorrido y por ello no pude hacer las fotos correspondientes. Lo compensaré con unas cervezas.
Nosotros seguiremos con nuestra
rutina el próximo sábado.
Mientras tanto...salud,
kilómetros y a gastar zapatillas.
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