27 de mayo. Tajo del Abanico


Después de dos semanas de acabar la prueba de los 101 kilómetros, hemos tenido la satisfacción de felicitar personalmente a nuestro amigo y compañero Joan Marc, como sabéis ya a estas alturas, ganador de dicha prueba.

Teníamos nuestra cita semanal de todos los sábados en el día de ayer a la cual acudimos, Carlos Barrones, Pepín, Joan y yo. Apenas rayando el alba, a las 7:00 de la mañana, tomamos un primer café, para posteriormente cuanto pasaban algunos minutos de las 7:30 procedimos a partir rumbo a la ruta que teníamos prevista para esta semana, que no era otra que la que la pasada semana no llegamos a hacer. Arrancamos subiendo el polígono para salir por la parte norte del mismo y desembocando en la calle Jerez, la cual bajamos hasta llegar al centro de la ciudad y así llegamos al barrio de San Francisco, proseguimos hasta las últimas casas y tomamos el carril de la derecha en la última rotonda, en la bifurcación se informa de la iglesia rupestre de la Virgen de la Cabeza, nosotros tomamos el carril de la izquierda, que es el que nos conduce hasta las inmediaciones del tajo del Abanico. La primera parte está asfaltada y hormigonada hasta llegar a la separación de caminos, el de la derecha conduce a la Colada de Cortes de la Frontera y nosotros seguimos por el de la izquierda, aquí comienza la parte más espectacular del camino con unas magníficas vistas y espesa vegetación. Nosotros llegamos hasta el borde del arroyo de Sijuela desde donde nos volvimos para emprender el camino de vuelta por el mismo lugar, no sin antes dejar constancia de nuestra presencia con alguna que otra FOTO.

Ni que decir tiene que la naturaleza dota a las personas de una serie de cualidades físicas que otros carecemos de ellas, por mucho que nos esforcemos, solo tendremos la voluntad de mantener la que nos ha tocado en el reparto de dichas aptitudes. Pero como a tenaces y constantes no nos ganan, hicimos los quince kilómetros al ritmo que nos permite nuestra capacidad. Y como de lo que se trata es de pasar un rato agradable, los compañeros de ruta de esta jornada fueron haciendo altos en el camino hasta reagruparnos los cuatro con la intención de no distanciarnos demasiado.
Una vez finalizado el trayecto desayunamos en la terraza del hotel Berlanga.

Nuestro amigo Charly está a punto de finalizar su reto solidario junto a su hijo, le quedan tan solo tres jornadas para completar este recorrido de casi 700 kilómetros en torno a la Gran Senda de Málaga, ánimo para estos tres días.

Tenemos algún que otro nuevo lesionado entre nuestras filas, algunos aun con secuelas cientouneras y otros por motivos extraoficiales, ánimo también para todos ellos.
Seguimos en la brega, el sábado que viene, más.
Salud, kilómetros y a gastar zapatillas.

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