Mañana de mucho frío. 16 de noviembre
Como era de esperar, la mañana de
ayer amaneció con un frío muy intenso. Cero grados marcaba el termómetro a la
hora que, como cada sábado convenimos para salir, las siete de la mañana.
Contamos para ello con: Ana
Jesús, María Pozo, Belén, Juanma, Montse, Laura, Antonio, Julián y yo. Pasadas
las siete treinta, después de unos minutos de cortesía nos fuimos por la cuesta
del Cuco hacia el Llano de la Cruz. Pasamos la casa de los Padres Naranjos y
nos dirigimos hacia el río, una vez cruzado el puente giramos a la izquierda
para comenzar la subida hacia el cruce que nos conduce a la finca de La
Amarilla. Nosotros, a unos doscientos metros aproximadamente, donde el camino
se bifurca, seguimos por el que se desvía hacia la izquierda. El de la derecha
es el que continúa hacia dicha finca de La Amarilla. En este lugar desde hace doscientos
años una comunidad de religiosas comenzó a elaborar aceite de oliva haciendo
uso del fruto de olivares centenarios. El aceite producido en este olivar, LA
Amarilla, siempre ha tenido una gran fama entre los lugareños al ser un
producto de una calidad única y excepcional. La familia Gómez de Baeza,
propietaria de LA Amarilla, decidió continuar la tradición de las monjas y
comenzar la producción y comercialización del mejor aceite orgánico de
Andalucía, fundando en los años 90 LA ORGANIC. Subiendo una fuerte pendiente
vamos dejando a la izquierda la finca de Montecillo. Este camino lo encontramos
hormigonado justo hasta donde acaba la subida. De pronto nos encontramos con
una bajada y otra subida sin descanso alguno, rodeados de grandes encinas,
hasta llegar al llano donde podemos contemplar unas espectaculares vistas de la
serranía de Ronda con esta a sus pies. A continuación, volvemos a iniciar otra
subida atravesando un lugar plantado de olivos que hemos de atravesar y una vez
acabada esta subida llegamos a la portada del paso canadiense que nos da acceso
al carril que a su vez llega hasta el camino entre puerto El Monte y el puerto
El Quejigal. Nosotros giramos hacia la derecha. A la izquierda dejamos una de
las muchas bodegas que están emplazadas en toda nuestra comarca: Bodegas Doña
Felisa en el paraje de Chinchilla. Una vez llegamos al cruce que viene desde
Setenil por la Ruta del Bandolero, nos desviamos a la derecha para adentrarnos
en el camino que conocemos como el Bigote de la Zorra, que circula paralelo al
que anteriormente habíamos subido. Por consiguiente, este se trata de una larga
y pronunciada bajada que nos va a conectar con el anterior, recorriendo a
partir de entonces el mismo camino que habíamos tomado unas horas antes en sentido
contrario. El frío seguía siendo el mismo, solo que con el esfuerzo de la
caminata el cuerpo había conseguido mitigar en parte. Veinte kilómetros muy
bien llevados a pesar de las continuas subidas y bajadas que componían el
recorrido de hoy.
Para rematar la mañana nos tomamos
un tentempié y entrar un poco más en calor en el restaurante del hotel
Berlanga.
La previsión para la semana que
viene es de algo de lluvia, pero aún es pronto para asegurarlo de forma
concluyente. El miércoles habrá una nueva propuesta de ruta para el sábado.
Hasta entonces...salud,
kilómetros y a gastar zapatillas.
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