Buena jornada de julio.
Nueva jornada compartida con
amigos, ahora ya sí con el verano ejerciendo como tal. Aunque por la mañana bien
temprano la temperatura es agradable, no tarda mucho el sol en ir calentando el
día. Para hoy escogimos una ruta de buena montaña. Para no hacer muchos
kilómetros o más bien tantos kilómetros, desde Ronda hay algo así como 24-25 ida
y vuelta, nos fuimos en coche hasta el final de la pista de las avionetas del
antiguo ICONA, esto es, pasada la encrucijada que dirige los caminos hacia el
pilar de Coca, Lifa y hacia donde fuimos nosotros, la Puerta Verde de Ronda-Marbella.
Solo cinco componentes estuvimos esta mañana: Pepín, Eduardo, Flory, Paco Lora
y yo...bueno, también estuvo Luis, pero en última instancia no nos acompañó a
la ruta, alegando el enorme, descomunal, incalculable, grandioso, infinito y
exorbitante ritmo que pensábamos llevar, que en mi caso fue de unos 10 minutos
el kilómetro.
Una vez aparcado el vehículo descendimos
hasta el río que se encuentra flanqueado de espinos majoletos, zarzas y adelfas;
discurre con bastante caudal debido a las aguas caídas durante esta primavera y
en un estado bastante aceptable en cuanto a la transparencia. A la izquierda
comienza la primera de las cuestas que hemos de afrontar, después de subirla y
a unos cuatrocientos metros nos encontramos con una angarilla de hierro, la
primera de varias que encontraremos y que siempre debemos dejar cerradas todas
para evitar que se escape el ganado. Es un camino fácil, imposible perderlo. Un
poco más adelante nos encontramos con un cruce de caminos; atravesamos un
cuidado carril que por la derecha se dirige a la carretera de S. Pedro y por la
izquierda al cortijo de Melequetín, que tiene como telón de fondo Sierra
Hidalga. Nosotros seguimos al frente, hacia el sur. Encontramos las ruinas del
llamado en su tiempo Cortijo Blanco y 50 metros más adelante, entero y en uso,
el cortijo de Cabrejas, casi encima de él se ve la línea eléctrica de alta tensión.
Cruzamos una nueva cancela metálica e iniciamos una dura subida por la ladera hasta
llegar al Cerro de Castillejos, cuando coronamos el ascenso, encontramos un
puertecillo y una nueva cancela, si miramos atrás veremos preciosas vistas de
Ronda. Unos repechos de bajadas y subidas nos dejan junto al nacimiento del río
Guadalevín, el final del carril es una fuente que han hecho nueva cuando han
rehabilitado el camino, han aprovechado las numerosas surgencias de agua para
hacer esta fuente a la que se ha bautizado con el nombre del lugar Huerto
Malillo, también llamado Rincón de Malillo. Este sería nuestro punto intermedio.
Anduvimos unos metros para hacer una incursión en una poza que se encuentra por
debajo de esta fuente, cruzamos el río en un punto donde es fácil hacerlo y
después de atravesar un abrupto y escarpado paraje accedimos a este lugar. Solo
Eduardo se atrevió a probar el agua. Una vez cumplimentadas las fotos de rigor,
que podéis verlas à AQUÍ, iniciamos el
camino de regreso, ahora sí ya con el sol estimulando las glándulas sudoríparas
de cada uno de nosotros. El total del recorrido ha sido de unos 13 kilómetros en el caso más corto, algunos compañeros realizaron en torno a los 16-17 kilómetros.
Dimos por concluida la mañana como
siempre comiendo un poco para recuperar parte de lo perdido.
La semana que viene también
haremos una ruta parecida, con final en agua, el miércoles subiremos la ruta.
Los que sigáis de vacaciones seguid
disfrutando. A pasar el verano lo mejor que se pueda el resto.
Ánimos para los lesionados.
Salud, kilómetros y a gastar
zapatillas.
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