EL ASPARTAMO
Esta entrada que hago hoy aunque no esté directamente
relacionada con el tema central que nos ocupa en éste blog nuestro que es el mundillo
de las carreras y las de montaña en particular, he querido colarla a raíz de
algunas conversaciones mantenidas últimamente entre nosotros acerca del tema de
los edulcorantes y el problema que conlleva para las personas con diabetes y
aquellas que quieren llevar un régimen y evitan el azúcar. Concretamente va
sobre el ASPARTAMO.
Vaya por delante que los artículos que a continuación podéis
leer están sacados de distintas páginas de la Web. Me he limitado a leerlos y a
extraer algunos que me han parecido los más oportunos.
El aspartamo fue descubierto en 1965 por James M. Schlatter.
Él estaba trabajando sobre una droga contra las úlceras, y derramó por
accidente algo de aspartamo sobre su mano. Cuando se lamió el dedo, se dio
cuenta de que tenía un sabor dulce. Es un polvo blanco, cristalino sin olor,
que se deriva de dos aminoácidos el ácido aspártico y la fenilalanina. Es
aproximadamente 200 veces más dulce que el azúcar y puede usarse como
edulcorante de mesa o en postres congelados, gelatinas, bebidas y en goma de
mascar. Su nombre químico es L-alfa-aspartil-L-fenilalanina metil éster y su
fórmula química es C14H18N2O5. Aunque no tiene el sabor amargo que deja la
sacarina, su inconveniente es que podría no saber exactamente igual que el
azúcar porque reacciona con otros sabores de la comida. Cuando es consumido, el
aspartamo se metaboliza en sus aminoácidos originales y tiene un bajo contenido
energético.
En el supermercado el aspartamo se encuentra en
prácticamente todos los alimentos procesados desde gaseosa hasta precocinados o
jarabes y medicamentos llevan aspartamo. Pese a su “seguridad oficial” (u
oficiosa) siguen saliendo estudios que relacionan su consumo con el aumento
en el riesgo de padecer cancer y efectos nocivos en embarazadas. En su día el
aspartamo tardó más de 16 años en lograr su aprobación entre denuncias por
fraude. Y solo lo logró cuando el lobby que comercializa el aspartamo nombró al
presidente de la FDA.
Legalmente las cantidades estipuladas como seguras
aprobadas en 1980, están fijadas en 40mg por kilo de peso, si un refresco
light contiene entre 100 y 150mg muchos litros hay que beber para pasar de la
cantidad diaria recomendada. Salvo que no tenemos la seguridad que esas
cantidades sean realmente seguras y no es una idea descabellada si te dicen que
los estudios en que se han basado para averiguar ese límite seguro estaban
financiados por la propia industria interesada, que cuenta con 200 millones de
consumidores en todo el mundo, y que además no son papeles que estén al acceso
de cualquier persona.
Mientras que siguen defendiendo su inocuidad como sustancia
segura, el 92% de los estudios independientes no hacen más que obtener
resultado que demuestran lo contrario. Pongamos unos cuantos realizados
sobre personas o sus tejidos y fijándonos solamente en su efecto sobre el
cerebro:
- En pacientes con depresión tomar 30mg al día tuvo efectos tan negativos que al séptimo día tuvieron que cancelar el estudio. Recomendando evitar el uso de aspartamo en personas con depresión.
- Aumenta el dolor de cabeza tras la ingestión de aspartamo. Este estudio también duró 7 días, y los participantes tomaban 30mg/kilo al día.
- Aumento estadístico de tumores cerebrales, comprobados en ratones por el Dr. Morando Soffritti y estadísticamente desde su aprobación la incidencia de casos se ha visto extrañamente aumentada en humanos.
- Concentraciones altas de aspartamo (desde 34 mg/kg) hace que disminuya la actividad enzimática en el cerebro y puede conducir a síntomas neurológicos, incluyendo dificultades de aprendizaje y memoria.
¿Por qué afecta al cerebro?
El consumo de aspartamo produce mayores problemas en el
cerebro, desórdenes mentales, influye en el aprendizaje y la estabilidad emocional debido
a su composición química. Se compone de fenilalanina (50%), ácido aspártico
(40%) y metanol (10%).
La fenilalanina juega un papel importante en la regulación
de neurotransmisores, mientras que el ácido aspártico también se cree que
desempeña cierto poder excitante como neurotransmisor en el sistema nervioso
central y es precursor del glutamato, glutamina y asparagina.
El metanol es el 10% del producto y se convierte en el
cuerpo a formiato, que o bien puede ser excretado o puede dar lugar a
formaldehídos, dicetopiperazina (un carcinógeno) y otros
derivados altamente tóxicos .
En personas sensibles al aspartamo puede causar alteraciones
neurológicas y conductuales. Dolores de cabeza, insomnio y hasta convulsiones.
Dejando clara evidencia de cambios en las concentraciones cerebrales de
catecolaminas (noradrenalina, adrenalina y dopamina), con lo que un
excesivo consumo conlleva trastorno mental, afectación del aprendizaje y
afectan en primer lugar al funcionamiento emocional.
Por supuesto no se tienen estudios sobre la interacción con
otras sustancias y mucho menos sabemos los efectos de un consumo habitual a
largo plazo. Eso lo demostrarán los años….
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