Ahora que llega el verano

Cuando llega el verano y el calor, se hace más complicado correr. Es cierto que el buen tiempo ayuda a salir más a la calle, pero hay horas en las que es imposible, o poco recomendable, practicar deporte. Es preciso escoger las horas del día más frescas, bien a primeras horas de la mañana, bien por la tarde cuando el sol ya no está alto. Es, simplemente, cuestión de sentido común.
Con el calor tus piernas exigen más sangre para poder oxigenar los músculos, pero también la piel requiere más aporte de esta sangre, para poder regular la temperatura corporal y evacuar ese calor interior. Por otro lado el corazón está en medio, latiendo mucho más rápido de lo normal para intentar contentar, tanto a tu piel como a tus músculos, por eso aumentan las pulsaciones más con calor.
Debido a la pérdida de agua por la sudoración la sangre se espesa y disminuye su cantidad total, complicando aún más la situación. No te preocupes, tu cuerpo se adapta, aumentando poco a poco el volumen sanguíneo y disminuyendo la cantidad de orina. Correr con mucho calor tiene el riesgo de sufrir de deshidratación, de golpe de calor (una falla del sistema termoregulador), o de sufrir lesiones.

Algunos consejos:
- Mantente bien hidratado. Toma líquidos una media hora antes de correr y sigue bebiendo mientras estás corriendo, aunque no tengas sed, para ello planifica tu entenamiento, por ejemplo, corriendo dentro de un parque con fuentes de agua, dejando agua previamente en el recorrido o hacer circuitos que pasen por puntos donde puedas beber (bares, tiendas de alimentación, o tu propia casa). Y recuerda: a más edad mayor es la necesidad de hidratación.
- Corre muy temprano o muy tarde. Entre las 3 y las 5 son las horas en que la superficie está más calentada, huye de esas horas y escoge momentos en que el sol esté más bajo.
- Usa gorra, y si la humedeces con agua fría, mejor, pues el efecto refrescante dura más tiempo.
- Si puedes, corre por la sombra. Es lógico, ¿verdad? Sin embargo, muchos no lo tienen en cuenta. Seguro que puedes buscar un recorrido en el que predomine más la sombra que en otros. A veces también hay posibilidades de correr cerca de estanques, lagos, ríos, mar... que refrescan más el ambiente.
- Deja un poco a parte los entrenamientos más intensos y comienza siempre muy suave.
- Cuando llegue el calor empieza por correr de 20 a 25 minutos a ritmo suave al día, aunque estés acostumbrado a más.
- Aumenta de 5 a 10 minutos diarios, siempre suave, hasta llegar al tiempo que normalmente sueles correr.
- Cuando tus sesiones sean igual de largas que de costumbre corre media hora a un ritmo más intenso, sobre el 85% de tu máximo.
- Aumenta el tiempo de carrera al nuevo ritmo, más intenso.
- Empieza a correr siempre más lento que en días no tan calurosos.
- Tras una sesión intensa o carrera toma alguna comida con sal para que tu cuerpo retenga más agua, de modo que tu volumen de sangre aumente rápido.


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