Terminamos septiembre.
Cada día que llega a su fin es un día que hemos gastado, ni siquiera sabemos cuántos tenemos para seguir gastando; no disponemos de una cartilla o una cuenta en el que podamos consultarlo. No podemos comprar tiempo, tampoco venderlo. Sabemos con certeza el principio, pero no el fin. Me viene ahora a la mente una cita de Mario Benedetti que dice: “Cuando creemos que tenemos todas las respuestas; de pronto cambian todas las preguntas”. La vida es un laberinto. Cuando creemos conocer la salida a nuestros problemas, aparece repentinamente algún obstáculo que nos obliga a replantearnos nuestros valores y en ocasiones solo nos queda dejar que la vida fluya y fluir con ella. Brotar con ella y disfrutar los días que nos mantenemos vivos, la felicidad plena no existe, pero sí los momentos felices. Con el paso del tiempo nos damos cuenta de lo breve que es la vida y no viene con ningún ticket de devolución. Aprovecharla depende de cada uno de nosotros y valorar con exactitud por qué cos