Con muchas ganas



Con mucha ilusión y alegría nos volvimos a reunir algo más de dos meses después. Echamos de menos los besos y los achuchones del reencuentro, pero se veía el entusiasmo que manifestamos los que llevábamos sin vernos más tiempo. A pesar de estar abierto el bar de La Morada optamos por hacer un café en el lugar donde habitualmente nos reunimos, o sea en Suritama.
Así, en esta primera reunión después del largo período de confinamiento estuvimos un nutrido grupo, a saber: Pepi, Laura, María Pozo, Belén, Inma, Flory, Fran Balbuena, Katy, Ana Jesús, Pepín, Paco, Guiles, Juanma Becerra y yo, creo que no me dejo a nadie detrás. Había más ganas de echar un rato de charla que de salir a correr y/o caminar; muchos temas acumulados de conversación había en todos nosotros. Como vamos a distintos ritmos no había posibilidad de ir más de diez juntos, pero siempre sin perder el contacto, al menos visual entre unos y otros. Partimos muy animados todos de palique y poniéndonos al día de todos los temas.
Hicimos un recorrido corto, de solo diez kilómetros aproximadamente, pero como dije antes muy animados y de parloteo todo el camino. Nos bajamos por la cuesta del Cuco hasta pasar la vía férrea. Una vez cruzamos el puente bajo la carretera de circunvalación iniciamos el descenso por la cuesta de la fuente de Don Pedro, otrora un bonito camino terrizo y hoy convertido en una carretera de asfalto, no puedo resistirme a decirlo cada vez que escribo. Al llegar a dicha fuente nos desviamos hacia la izquierda para llegar a la parada de sementales y bajar por la cuesta de la pirotecnia Badillo. Al llegar al paso a nivel que allí se encuentra, en lugar de girar a la izquierda una vez que lo cruzamos, seguimos de frente hasta llegar al río Guadalcobacín, el cual tuvimos que cruzar, no iba con demasiado caudal por lo que no fue un gran contratiempo el atravesarlo. Subimos hacia la finca de los “Treinta Reales” y siguiendo este camino llegamos hasta Los Frontones. Aquí giramos hacia la derecha para ir hasta el Llano de la Cruz, pasamos la venta “El Polvorilla” y subimos por el camino de la Heredad de Los Dolores o Casa de Las Muñecas hasta llegar nuevamente al camino de la cuesta del Cuco y terminar en el punto de partida.
Un reencuentro que nos supo a gloria después de tanto tiempo. Lo próximo será, en cuanto se pueda, una reunión gastronómica, eso será algo más adelante, mientras tanto continuaremos con las habituales salidas de los sábados. Seguiremos igual que siempre, el miércoles la ruta y el sábado la salida.
Un beso para todos, me alegré mucho de ver a los amigos.
Salud, kilómetros y a gastar zapatillas.

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